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Es momento de consolidar los derechos que se han conquistado

Lo advierten las organizaciones participantes en la jornada sobre la agenda de desarrollo. En el foco, la situación de la salud y los derechos sexuales y reproductivos en el escenario internacional. 

“Es muy importante transmitir el mensaje de que la perspectiva de género tiene que atravesar toda la agenda mundial para el desarrollo. No podemos quedarnos sólo en los objetivos 3 ó 5 de la agenda 2030 cuando hablamos de género en las políticas de desarrollo”. Catarina Carvalho, responsable de la oficina en Ginebra de la Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF por sus siglas en inglés), ponía así en palabras una de las principales conclusiones de la jornada La salud y los derechos sexuales y reproductivos en la Agenda 2030: ¿dónde estamos?, de la que la FPFE ha sido anfitriona. En esta jornada, las representantes de numerosas organizaciones sociales han compartido información y propuestas para contribuir a que los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), que deben cumplirse para el año 2030, garanticen el cumplimiento de la salud y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Guillermo González, presidente de la FPFE, y Almudena Rodríguez, responsable de incidencia política internacional de la Associació de Planificació Familiar de Catalunya i Balears, han sido también ponentes en este seminario, realizado en colaboración con el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

Es el momento de consolidar avances

La representante de IPPF ha resaltado que en este momento es fundamental consolidar los avances que se han logrado en las últimas décadas en derechos sexuales y reproductivos, y para ello la sociedad civil tiene que participar en los foros internacionales donde se están tomando decisiones sobre políticas mundiales. Además, para Catarina Carvalho es importante que se tenga en cuenta el trabajo que están haciendo diferentes organismos internacionales y que contribuye a completar la propia agenda 2030. Es el caso de las nuevas directrices internacionales sobre educación sexual cuya elaboración y publicación ha liderado la UNESCO. Un asunto éste, el de la educación sobre sexualidad, que Carvalho y el resto de participantes de la jornada sitúan como una de las máximas prioridades.

La decepción respecto al papel que la Unión Europea está jugando en los últimos años en la defensa de la salud y los derechos sexuales y reproductivos, con una pérdida de su liderazgo y una creciente subordinación a las posiciones de los Estados Unidos, junto con la constatación de que surgen nuevos gobiernos que en diversos lugares del mundo están reivindicando estos derechos, han atravesado también la intervención de Carvalho. La responsable de IPPF ha hecho hincapié en que el contexto internacional obliga a las organizaciones de la sociedad civil a aumentar su capacidad de comunicarse y buscar alianzas con una diversidad de actores sociales que van más allá de “las convencidas”, y a un trabajo serio de seguimiento y control de los datos e indicadores sobre salud sexual y reproductiva y los derechos relacionados.

«No sólo hay falta de conocimientos. También de sensibilidad»

La situación de estos derechos en el Estado español ha sido evaluada en el seminario por el presidente de la FPFE, Guillermo González, a la luz del informe voluntario que el gobierno va a presentar sobre el nivel de cumplimiento de la agenda 2030 en el  Foro Político de Alto Nivel (HLPF) de Naciones Unidas que se celebrará en Nueva York en julio de este año.

Una situación que para Guillermo González se caracteriza por la paralización o incluso retroceso, en los últimos años, en cuestiones que parecían estar resolviéndose en nuestro país, y que tiene su máxima expresión en el hecho de que “prácticamente todas las leyes sobre derechos sexuales y reproductivos han sido recurridas ante el Tribunal Constitucional”. El presidente de la FPFE lamenta especialmente la situación de la educación sexual, “que no es que sea una asignatura pendiente, es que está en suspenso continuo” y se imparte sólo donde se puede y en silencio: “Nadie ha tenido el valor de implementar de verdad la educación sexual. Se intentó con la asignatura de educación para la ciudadanía, que se suprimió precisamente porque hablaba, entre otras cosas, de educación sexual”. Y ello a pesar de que su necesidad está establecida por diversos organismos interestatales desde hace bastantes décadas.

Las desigualdades en el acceso a la anticoncepción y a la interrupción voluntaria del embarazo, y las carencias en la atención de la salud sexual y reproductiva han sido señaladas también por Guillermo González como realidades que se deben abordar de forma urgente y no sólo desde las instancias sanitarias autonómicas. Es necesario, por ejemplo, que se saque del cajón la Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva, cuyo plazo de ejecución ha terminado sin que se haya podido aplicar más que muy parcialmente, y que ni ha sido evaluada ni cuenta con presupuesto; además, ha señalado González, no puede dejarse sólo en manos de las instancias sanitarias un asunto que debe ser asumido también desde otras áreas, entre ellas la educativa. El presidente de la FPFE ha recordado que en las reuniones que esta organización ha tenido con distintas administraciones autonómicas durante este año, se ha observado en algunas instancias sanitarias “no sólo falta de conocimiento, sino también falta de sensibilidad y pervivencia de mitos sobre la anticoncepción que nos sorprenden”. En este sentido, considera urgente la formación a los agentes sanitarios y la educación a las personas usuarias como vías imprescindibles para que se puedan ejercer los derechos. “Sólo así dejará que percibirse como una intromisión que se pregunte sobre la vida sexual en una consulta mientras que sí se ve normal (lógicamente) que se pregunte por el color de las heces,  o que a veces nos parezca frívolo exigir una buena anticoncepción a nuestro médico, que tan bien nos está tratando la diabetes”.

En definitiva, Guillermo González ha recordado que la universalidad de la agenda 2030 implica también su aplicación en las agendas nacionales y locales y una coherencia de políticas tanto en el ámbito territorial como intersectorial, aspectos ambos de los que se tendrá que dar cuenta en los foros internacionales.

«Para que la agenda 2030 reconozca los derechos de las mujeres  tiene que ser completada con otras agendas»

“En la agenda 2030 no se reconocen los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres”. Así de contundente es el análisis que hace Almudena Rodríguez, responsable de incidencia internacional de la Associació de Planificació Familiar de Catalunya i Balears (APFCiB), para quien es necesario hacer una mirada crítica a la agenda mundial para el desarrollo. “Sin embargo”, ha añadido, “la agenda 2030 puede ser considerada como una hoja de ruta que se puede y se debe articular con otras agendas que sí son vinculantes jurídicamente” como requisito para que los derechos sexuales y reproductivos se conviertan en obligaciones jurídicas y políticas. Y en su opinión uno de los espacios fundamentales en esta articulación es el urbano: “desde la ciudad se pueden establecer estrategias que permitan, por ejemplo, construir alianzas para el monitoreo de las políticas o acercar a la sociedad civil el relato de la agenda 2030”.

La APFCiB ha asumido estas tareas como propias, en colaboración con otras organizaciones sociales y organismos públicos, y para ello ha hecho visibles los vínculos que existen entre cada objetivo de desarrollo sostenible y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, “porque es evidente que sin hablar de estos no se pueden entender los ODS”. Es el camino hacia la “agenda 2030 feminista”, que supondría el cumplimiento de los derechos de las mujeres pero también de otros colectivos en situación de vulnerabilidad frente a los intentos de los grupos ultraconservadores de imponer en los escenarios de decisión sus agendas.

Las conclusiones de la jornada, para la que se ha contado con la colaboración de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe, serán ahora compartidas con parlamentarias y parlamentarios en una nueva sesión que contará con el Intergrupo Parlamentario sobre Población, Desarrollo y Salud Reproductiva como anfitrión.